Estimad@ amig@:
Este boletín se constituye como un lugar abierto y de
encuentro para todos aquellos interesados en el debate político abierto en
Euskalherria y que tiene como objeto la consecución de una paz definitiva.
Para trabajar sobre la paz real creemos que es necesario
rechazar
toda expresión de violencia y aclarar la diferencia entre
pacificación y paz.
La pacificación (paz negativa) es la concepción
predominante en Occidente y une sus raíces en la noción de eirene griega y de
"pax romana".
Esta concepción pone el énfasis en la mera ausencia de
guerra,
violencia directa.
La paz sería simplemente «no guerra». Por tanto,
presupone un aparato militar que garantice el orden, disuada al enemigo y
garantice la perpetuación del status quo. Esto es lo que se pretende desde el
poder siempre que existe una situación de conflicto social violento, utilizando
la criminalización del adversario y la imposición de la
razón de Estado (incluso por la fuerza) como algo natural
y asumido por todos.
Son los que se olvidan de las causas y tratan de poner
parches a las
consecuencias.
La paz positiva, presupone un «nivel reducido de
violencia directa y un elevado nivel de justicia». Se persigue la armonía
social, la justicia, la igualdad y, por tanto, el cambio radical de la
sociedad, la eliminación de la violencia estructural. Según esta concepción,
la dominante en la actualidad en el campo de la educación
para la paz, los valores prioritarios serían la justicia y la igualdad
(entendida como igualdad de oportunidades de vida para todos). A su vez, se
buscaría la iniciativa desde abajo y la autorrealización de
las personas.
La paz es pues, mucho mas que la mera ausencia de
violencia y por eso los pacificadores (partidarios de la paz negativa) que no
están interesados en una paz real, verdadera, hacen una identificación
simplista entre partidarios de la paz positiva y terroristas
para de esa manera poder mirar hacia otro lado ante las
reclamaciones de dialogo y eludir así su responsabilidad en la construcción de
una paz autentica basada en la justicia y la igualdad.
La paz no es una meta, un fin utópico, sino un proceso,
algo hacia lo que se tiende. Tampoco existe rechazo del conflicto ,
consubstancial al ser humano, sino intento de aprender a resolverlo de forma
inteligente donde no vale cualquier salida sino la que se alcance a través del
dialogo y el acuerdo.
La paz, en síntesis, no es lo contrario de la guerra,
sino la ausencia de violencia directa y estructural, la armonía del ser humano
consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.